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El Prólogo está listo. Gracias Estefanía, me ha encantado.

  • Mª Estefanía Sánchez García.
  • 10 feb 2017
  • 6 Min. de lectura

Prólogo

Escribir el prólogo de un libro siempre es un gran honor, pero conlleva una gran responsabilidad. Si además se trata de la novela El Mercader de historias, aquella crece hasta límites insospechados, puesto que mis palabras deben estar al servicio, y ser de utilidad a la gran obra que está a punto de leer.

Describir en unas cuantas líneas las cualidades de esta novela histórica es una labor arduo complicada, intentar expresar con palabras las páginas en las que va a adentrase no ha sido tarea fácil. He de señalar que mi motivación a la hora de acometer esta empresa no es otra que lo que la obra supuso para mí desde el momento que tuve el honor de leer los primeros capítulos, y la solicitud del propio autor. Desde esas primeras líneas quedé atrapada con la historia, como seguro quedará usted, amigo lector.

Ha sido mucho el tiempo que Israel Santos Lara, su joven creador, ha invertido en escribir esta historia; más de ocho son los años que ha dedicado a este gran proyecto, que sin duda, es el reflejo de sus dos grandes pasiones, la escritura, y la investigación histórica. Su labor a la hora de recabar documentación e ir a las fuentes, tarea ésta tan importante como la creativa, le ha supuesto un verdadero reto, puesto que los dos ejes centrales de la obra, tanto Oruç, uno de los protagonistas principales, como la ciudad de Gibraltar de los siglos XV y XVI, son dos temas conocidos y desconocidos a la vez por el gran público. ¿Quién no ha oído hablar del pirata Barbarroja? Sin duda, este nombre nos evoca a aquellas novelas en las que piratas sanguinarios navegaban por los Mares del Sur y vivían trepidantes aventuras, más propias de la mente de un director de la meca del cine, pero que nada tiene que ver con la verdadera historia de los hermanos Barbarroja, nacidos en Mitilene, y cuya madre, Catalina, de procedencia andalusí, le trasmitía sus pasiones y costumbres al igual que el pueblo de Gibraltar, el otro tema principal.

Hechas estas consideraciones debo decir que se encuentra ante un relato, que, aunque complejo por los acontecimientos narrados con una exquisitez manifiesta, está plagado de emociones, intriga, en una novela histórica que le golpeará en lo más hondo, especialmente si es usted un lector ávido de conocer la historia de nuestros ancestros, ya sea por vivir en este rincón del mundo, o simplemente por amar la historia. Sea como fuere la lectura del El Mercader de historias le llevará a conocer a Oruç e Hizir, los hermanos Barbarroja, conocidos por ser el azote de las flotas cristiana y española de finales del siglo XV y primera mitad del siglo XVI. De hecho el libro da buena cuenta no sólo de su parte más conocida, como sus fechorías como piratas y el pánico que sembraban a su alrededor, pasando uno de los hermanos, Oruç, de esclavo en una nave cristiana, a Rey de Argel, poniendo a su merced todo el Mediterráneo, su verdadero súbdito, sino también de su estancia en Gibraltar y de lo que allí aconteció, siendo éste uno de los episodios que la mayoría de nosotros desconocíamos hasta que nos ha sido revelado como un verdadero regalo.

Oruç y sus hermanos se hacían a la mar, como piratas, ya no sólo como meros corsarios ansiosos de botín, sino por sus ideales religiosos, intentando salvar a aquellos sus hermanos musulmanes cuya convivencia pacífica se hacía inviable en territorios cristianos debido a la persecución de los hermanos cruzados, siempre salvaguardando su fe.

Precisamente Gibraltar puede presumir de haber sido y de ser el baluarte de la convivencia entre diferentes culturas y religiones, reflejo de la tolerancia del carácter de sus gentes desde épocas muy tempranas. Son estos hechos precisamente, junto con la muerte de uno de los hermanos Barbarroja, y las decisiones político-religiosas del momento los que desencadenan este episodio tan importante y tan desconocido de nuestra historia, en el que los hermanos acuden al auxilio de los musulmanes perseguidos por no querer convertirse al cristianismo, tal como sugirieron las élites religiosas cristianas al propio rey Fernando el Católico.

En el libro encontrará además personajes que le enamorarán desde el principio. Ishaq, Isabel, Rodrigo, Fray Gonzalo o Andrés de Sanabria, entre otros muchos, representan valores humanos tan positivos como el amor, la amistad, la lealtad, que harán que, siendo defensores de ideales y orígenes tan distintos, permitan vivir en armonía y solidaridad mutua. Además de ello, algunos, como Fray Gonzalo o Luis Martínez desempeñan una función importante en el texto, puesto que son los encargados de transmitir los sucesos acontecidos en nuestro país desde la llegada de Tariq en el 711 dentro del contexto internacional. Todo ello introducido en el texto tan sutil y hábilmente que la lectura de estos pasajes está justificada plenamente en él.

Permítame que haga hincapié en uno de esos perfiles, Isabel. Lejos de ser una figura que hizo historia, sin duda, es uno de los que más pasiones levantará. Isabel reencarna esos ideales desgraciadamente menos en alza cada día en esta sociedad nuestra; amistad, solidaridad, respeto a las ideas y creencias ajenas, amor puro, valentía, etc. A priori parece un personaje ficticio, perfectamente extraído de cualquier novela romántica; sin embargo, Isabel, introducida delicadamente en el texto, fue un personaje real, a quien muchos de nosotros tuvimos el honor de conocer. Aunque hace años que partió a ese cielo que se ve reflejado en ese mar tan verde como sus ojos, dejó en nosotros un vacío difícil de llenar. Por ello, poder devolverla a la vida en estas páginas ha supuesto uno de los presentes más especiales, devolviéndonos y contagiándonos de esa alegría y de esa pasión por la vida que ella desprendía como nadie, tanto como ser humano, como la gran poeta que en su día fue. La señora de la Poesía, la que jugaba con las palabras entre la espuma del espigón y su amada ciudad, la gran Isabel Moya Franco es la que inspiró al autor a crear su personaje, tan fielmente que a todos nos parecerá que es ella misma quien nos habla.

Además de ello, si usted nació o vive en este pequeño rincón, a veces olvidado de todo, comprobará cómo era el Istmo en la época de los Reyes Católicos, sus afamadas viñas, sus maravillosas huertas, su afamada Sierra Carbonera en todo su esplendor, sus gentes, su comarca, en definitiva, toda una clase de historia, como digo, a veces muy desconocida para la mayoría de nosotros, contada magistralmente con detalles preciosistas, pero sin perderse entre descripciones, ensalzando el verdadero.

Es curioso que al leer cualquier capítulo del libro nos podamos abstraer a la época actual, ya que uno de los “leitmotiv” de la obra es la defensa de la libertad religiosa. Resulta sin duda llamativo que ya en el siglo XV se pidiera, como única forma democrática de convivencia, la libertad de culto y que ahora, seis siglos después, la humanidad se encuentre peleando y exigiendo lo mismo. Está claro que hemos aprendido muy poco al respecto.

En definitiva, se encuentra usted ante una de las mejores obras de su género, en la que su autor ha sido capaz de aunar ficción e historia en una simbiosis perfecta, exponer dos formas de ser y pensar antagónicas de una forma bastante respetuosa y objetiva, en la que sin duda se enamorará no sólo de sus personajes, con los que empatizará enseguida, sino también podrá dejarse envolver por la historia del siglo XV, perderse por las calles congeladas en el tiempo de Gibraltar, conocer al detalle la historia de su conquista por parte de los árabes, conocer cómo se pasaban por ella sus regidores y alcaides, hasta la mitad del XVI; podrá comprobar que más allá de la famosa conquista del nuevo mundo, subyace una historia tan importante para la comarca como desconocida.

Espero de corazón que tras la apetecible lectura de los pasajes más importantes de nuestra historia, desee conocer más en profundidad nuestra vecina Gibraltar, nuestra comarca, a la que le da nombre, y muy especialmente nuestro Istmo, ese que nos dio origen como ciudad, La Línea de la Concepción, llena de rincones maravillosos plagados de una extensa historia anterior incluso a nuestra existencia, también bastante desconocida por el resto del mundo.

Mª Estefanía Sánchez García, Directora de la Biblioteca P. M. “José Riquelme”, La Línea de la Concepción, 10 de Febrero de 2017.


 
 
 

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